Muy buenas gente!!
Hace unos días hablé del diálogo interno, la importancia que tiene hacernos conscientes de cómo es para poder funcionar de forma menos automática y mas adulta.
Precisamente funcionar desde el “modo adulto” es lo que nos dice la psicología transaccional que tenemos que hacer para que el “padre” y el “niño” que todos tenemos en nuestra cabeza no nos amarguen la vida.
Nuestro “adulto” se va forjando con los años, desde el momento en que comenzamos a ser mas independientes ( cuando comenzamos a caminar ) se descubre ante nuestros ojos un mundo lleno de novedades que poco a poco vamos descubriendo. Experimentamos, cuestionamos, tomamos decisiones y llegamos a razonamientos sin la ayuda de nadie mas. Ahí comenzamos a crear a nuestro “adulto”.
Cuando llegamos a la edad adulta tenemos que procurar que sea esta manera de actuar, la del “adulto” la que dirija nuestros pensamientos. Principalmente esto ocurrirá cuando seamos capaces de cuestionarnos la cosas e intentemos llegar a razonamiento propios y contrastados.
Hoy vamos a ver cómo podemos construir un “adulto” fuerte y firme en su propósito.
- Lo primero que tenemos que hacer es reconocer a nuestro “niño” que es pura emoción, sentimientos, frustraciones, fantasías, etc. Y también reconocer a nuestro “padre”, los miles de grabaciones que guardamos en la memoria en los primeros años de vida, escuchadas a nuestros padres y adultos que nos rodeasen en esos momentos.
- Haciéndonos conscientes de nuestras realidades psicológicas seremos capaces de ver esos comportamientos en los demás y nuestra misión en ese “modo adulto” será acariciar al “niño” de los demás. Muy importante si queremos mantener unas relaciones estables y tranquilas. Imaginad que llega alguien que conocemos ( o no) y comienza a contarnos el día tan horrible que ha tenido, lo mal que se siente, que todo es una mierda, etc. Si somos capaces de escucharle un tiempo adecuado ( ni poco ni mucho), atenderle y expresar nuestra comprensión hacia su estado, es probable que su niño se calme y la conversación continúe de una forma mas positiva y adulta. Imaginad también que pasaría si en cambio comenzamos a cortarle la conversación porque no nos apetece escuchar quejas de nadie, ya que nuestro día tampoco ha sido el mejor. Seguro que podéis ver la diferencia, no?
- Otra acción que puede ayudarnos es contar hasta diez. Algo muy típico pero que en muchas ocasiones da resultado. Mientras contamos damos tiempo al cerebro a procesar datos, ordenar las ideas antes de contestar o accionar de la manera que sea. Recordad que la cuestión es que no salte nuestro automático.
- Ante la duda, abstenerse. Como dijo nuestro profesor, “no podemos rectificar aquello que no hemos dicho o hecho”. Pues eso, si no nos vemos seguros de lo que tenemos que hacer, mejor esperar.
- Elaborar y tener muy clara una escala de valores éticos. Muy importante de cara a nosotros mismos pero sobretodo para vivir en armonía con las personas que nos rodean. Somos una sociedad de grupo, de comunidad y aprender a respetarnos ha de ser la base de todo.
Y esto es lo que la psicología transaccional propone para ir tomando conciencia de estas tres realidades psicológicas que nos conforman.
Una gran trabajo por llevar a cabo que sin duda nos ayudará a continuar nuestro camino en el sendero evolutivo, porque si, aquí estamos para aprender y evolucionar.
Muchísimas gracias por leerme y que tengáis una muy buena práctica.
Luz para tod@s!
Indali